Cuando Taiwán alertó en septiembre pasado del número récord de aviones de combate chinos que cruzaban la frontera no oficial entre los dos países, Pekín dijo que esa línea no existía.
Con los 103 aviones de combate que China voló cerca de Taiwán, 40 de los cuales entraron en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ, por sus siglas en inglés) de la isla, hubo otra escalada en los juegos de guerra chinos.
En el último año, Pekín, que considera Taiwán como una "provincia rebelde", ha llevado a cabo continuos ensayos para rodear a la isla con aviones de combate y barcos de la Armada.
Estos ejercicios militares tienen un aspecto aún más amenazador a la luz de las promesas de China de "reunificarse" con Taiwán.
Hasta ahora, las maniobras no han llegado a convertirse en una invasión y se han mantenido dentro de una "zona gris", que es la descripción militar de las tácticas que se sitúan entre la guerra y la paz.
Pero Taiwán es ahora un polvorín dentro de lo que se ha vuelto una relación volátil entre Estados Unidos y China, y los analistas dicen que las tácticas de zona gris son parte de la estrategia de Pekín para controlar a Taipéi sin disparar un solo tiro.
¿Qué está tratando de lograr China?
Las tácticas de guerra de zona gris tienen como objetivo debilitar a un adversario durante un período prolongado de tiempo, y eso es exactamente lo que China está tratando de hacer con Taiwán, dicen los analistas.
Al cruzar regularmente la ADIZ de Taiwán, Pekín está probando hasta dónde llegará Taipéi para reforzarla, dice Alessio Patalano, profesor de guerra y estrategia en Asia Oriental del King's College de Londres.
La ADIZ es autodeclarada y técnicamente cuenta como espacio aéreo internacional, pero los gobiernos la utilizan para monitorear aviones extranjeros.
Taiwán ha desplegado rutinariamente aviones de combate para lanzar advertencias a los aviones chinos en su ADIZ, una estrategia que puede agotar los recursos de Taiwán a largo plazo, dijo el profesor Patalano.
Pero ese no es el único objetivo o beneficio de las tácticas de guerra de zona gris.
Por un lado, los ejercicios militares permiten a China probar sus propias capacidades, como la coordinación de fuerzas y la vigilancia, según los analistas.
Y por el otro, se ajustan al patrón de China de normalizar niveles crecientes de presión militar sobre Taiwán para poner a prueba las defensas de este último y el apoyo internacional a la isla.